sábado, 14 de abril de 2012

Capítulo 1 - Él



Jade

Había dos tipos de personas que no soportaba: Los que se creían la mierda más grande y los rezagados que se dejaban humillar por esa mierda.

Y Hank Duke entraba en esa lista junto con el pueblo de New Hope.

Mis botas patearon una lata vacía de cerveza mientras caminaba por las calles adoquinadas de New Hope, el cielo se encontraba despejado y una altanera luna llena iluminaba el firmamento mientras las diminutas estrellas titilaban como si se muriesen de frío.

Mire mi reloj y después dirigí mis ojos hacia Drake que estaba ensimismado en sus pensamientos, seguramente maquinando en como conquistar a Sadiets; Hank no tardaría en pasar por aquel barrio en el que nos encontrábamos, como buen cerdo asqueroso pervertido, Hank iba al bar de Duffy Almost, donde se divertía con prostitutas baratas, entre ellas mi madre.

Sí, mi madre era una prostituta que se drogaba y llevaba a tíos que yo ni conocía a la casa pero no es que me importara mucho, además yo nunca estaba en ese lugar.

Me acomode la peluca colorada y subí mas mi falda mostrando unas largas y pálidas piernas.

—Joder Jade, si no fueras mi amiga ya te hubiera cortejado —dijo Drake con una mirada juguetona.

—Para empezar, ¿Quién cojones usa la palabra cortejar? —él se ruborizo—. Segundo, ni que tuvieras mucha suerte.

—Ya, ya, no te pongas Bitch Mode On.

Solté una risita, Drake a veces castraba pero era mi único amigo—varón—que valía la pena en aquel estúpido pueblo de pacotilla.

Oí unos pasos fuertes e inestables acercarse, era Hank.

Aquel nauseabundo hombre de casi dos metros con el cabello enmarañado y los ojos rojos como un demonio daba pasos vacilantes, lo más probable es que se cayera de un momento a otro.

Era momento de poner el plan en marcha.

Acomode el cuchillo oculto en mi bota izquierda y comencé a caminar en dirección hacia Hank contoneando de manera exagerada las caderas. Hank me miro y hablo con voz raposa:

— ¿Hey nena cuanto cobras?

Le lance una de esas miradas que dejaban helado a casi todos en este pueblo y vi cómo se encogía de hombros, esboce una sonrisa torcida y le respondí:

—Para ti cariño, es gratis.

Hank no era feo, todo lo opuesto. La espalda ancha y los brazos con unos bíceps esculpidos se traslucían por la campera de color negro, de mandíbula cuadrada y unos ojazos de color plateado eran rodeados por unas gruesas cejas le daban un toque inclusive sexi, lástima que fuera un gilipollas.

Hank Duke iba lamentar haberse metido con Sadiets New Hope, dulce Jesús, sí que lo iba lamentar.



Aarón.




Era demasiado tarde y mi madre me iba a matar, literal. Siempre que se me hacía tarde de la práctica de Baseball ella me esperaba con su típico reclamo de: Me tenías con el Jesús en la boca, yo aquí preocupándome por ti y tú como si nada.

A veces mi mamá era demasiado sobreprotectora, pero vamos estaba creciendo, algún día tendría que dejar el nido y volar hacia nuevas fronteras. O simplemente entrar a la universidad, este era mi último año, el más duro por supuestos los profesores se había puesto más exigentes pidiéndonos el doble, trabajos más trabajados, en fin nos mataban solo para que lo hiciéramos “bien”.

Caminaba por la calle de Saint Francis, no usaba el auto porque el campo estaba no muy lejos de mi casa, entonces escuche un quejido, entre la espesa noche vislumbre unas siluetas, la primera que logre escrutar la reconocí de inmediato, era Hank Duke con las piernas dobladas y los brazos detrás de la nuca, la otra silueta más pequeña en comparación con el hombretón que era Hank lo estaba sujetando, tenía una pistola apuntando directamente la cabeza de Hank.

No podía permitir que aquella atrocidad se llevase a cabo, me acerque sigilosamente tratando de no emitir ningún sonido, mala suerte. Mis zapatos aplastaron una lata de cerveza y la silueta que sujetaba a Hank se alertó.



Jade



El chirrido de la lata aplastándose despertó todos mis sentidos.

—D, alguien está cerca —susurre. Drake que se encontraba agazapado junto al cuerpo de Hank mientras lo revisaba, y se levantaba rápidamente. Achine los ojos y trate de mirar más allá, entonces le vi.

Era un muchacho como de mi edad, traía puesto un uniforme de Baseball y sus ojos estaban abiertos como platos, joder, estábamos bien jodidos.

—Aarón —chillo Hank pidiendo ayuda al muchacho.

—Cállate —le ordene con voz aguda. Le apreté más los brazos, hasta casi torcerlos, el soltó un alarido, bueno al parecer aquellas peleas callejeras había servido de algo.

—Por favor —dijo Aarón con voz apremiante, acercándose con cautela. Y sabía muy bien porque, laBeretta que sujetaba contra la frente de Hank bien podía volarle la cabeza a ambos en menos de 5 segundos.

—Este no es tu asunto capullo —gruñí. Si descubría quien era estaba jodida.

—No tienen por qué hacer esto —su tono comenzaba a fastidiarme—. Por favor, hay otras maneras.

Cada vez se acercaba más y eso me preocupaba pero mantuve la compostura fría y distante, este chaval no me iba a arruinar el plan.

—Este no es el camino correcto —su voz era suave y en cuanto pronuncio esas palabras me congele.

Este no es el camino correcto, una mujer me lo había dicho con el mismo tono suave. Cristhine New Hope, no-podía-ser. ¿Acaso ese chaval seria hijo de Cristhine?

No lo recordaba, nunca, de los nunca. Ese rostro no era conocido pero percibí los rasgos de Cristhine en él. Los ojos azules turquesas como las playas que embellecían el caribe, el cabello castaño tostado como si hubiese sido bañado por el sol y su mirada, esa mirada de solemnidad y perdón.

Me devane los sesos tratando de analizar como cojones aquel muchacho tenía algún tipo de relación con Cristhine. 

—Quédate ahí —vociferé nuevamente con voz falsa.

Y el cobarde de Drake echo a correr con la mochila llena de la plata que Hank Duke tenía.

—Maldito cabrón gilipollas —murmure.

Bastardo fuese Drake, me había dejado prácticamente servida en bandeja de plata.

— ¿Sabes qué? Te lo regalo —solté a Hank y le di un golpe en la nunca, cayo de trompa contra la acera, inconsciente y yo…me eche a correr.

*

Cuando mis pies tocaron mi habitación, caí desparramada sobre la cama, me quite la peluca y la arroje al suelo. Poco faltaba para que esta noche me la pasara en la comisaria del pueblo tras las rejas.

Bien aquel muchacho pudo haber corrido tras de mí, pero cuando voltee la mirada mientras escapaba, le vi junto a Hank perplejo y con la mirada vidriosa.

Pero aquello no era mi problema, las cosas no salieron como quería y mañana por la mañana castraría personalmente a Drake Anderson con todo y cejas de depilación.

3 comentarios:

  1. OMGG! me encantó! Me quede con bastantes dudas aún con todo, pero ha de ser por ser el primer capitulo, lol

    ESPERO CON ANSIAS EL SIGUIENTE *-*

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  2. estuvo genial aun que algunas partes no las entendí pero aun así me gusto mucho ya voy a leer el segundo capitulo

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